La armada invencible 12. La toma de Lisboa

El 26 de mayo de 1589 la flota inglesa llega a Peniche y allƭ desembarcan 10.000 soldados comandados por Norrey que avanzarƭan por tierra hasta Lisboa. El temporal hizo que en el desembarco perdieran la vida 80 hombres y se perdieran 14 barcazas. De esta manera, Lisboa serƭa tomada por tierra y por mar a la vez, ya que Drake atacarƭa por la desembocadura del Tajo. En su avance hasta la capital, Norrey debƭa ir reclutando portugueses por los pueblos por donde pasara. Pero lo cierto es que los portugueses no se mostraron muy amables con ellos, pues veƭan a los ingleses como herejes protestantes y no se fiaban de ellos, y antes que unirse los iban hostigando. Al llegar a Lisboa habƭan reclutado unos 300 portugueses, pero fueron mƔs los ingleses que habƭan perdido la vida en el intento.

El recibimiento en Lisboa no fue mucho mejor. La capital no daba muestras de estar en rebeldĆ­a contra los espaƱoles, sino todo lo contrario. Sus fuertes defensas estaban dispuestas para repeler la entrada de los ingleses tanto por tierra como por mar. En el Tajo les esperaba tambiĆ©n una flota de 40 barcos comandados por Alonso de BazĆ”n, hermano del marino espaƱol. Drake no se atrevĆ­a a acercarse y eso le valiĆ³ el reproche de sus hombres. Mientras tanto, por tierra, los de Norrey ya habĆ­an entrado en batalla y no lo estaban pasando demasiado bien, pues eran hostigados desde las galeras portuguesas que disparaban sus caƱones contra ellos. Todo el plan para la insurrecciĆ³n portuguesa contra EspaƱa habĆ­a fallado, Antonio Prior de Crato no habĆ­a encontrado simpatizantes con su causa, no ya por su poco carisma, sino porque los portugueses no comulgaban nada bien con los ingleses. AquĆ­ empezamos a ver un paralelismo con lo que ocurriĆ³ con el intento de revelar a los ingleses catĆ³licos contra los protestantes, que prefirieron no hacerlo con tal de no ponerse del lado espaƱol. Pero vamos a encontrar muchos mĆ”s paralelismos en esta historia. El asedio se prolongaba ya hasta el 11 de junio, cuando entraron en el puerto 9 galeras espaƱolas con 1.000 soldados de refuerzo. Norrey aguantĆ³ cuanto pudo, pero el 16 de junio la situaciĆ³n era insostenible y mandĆ³ retirada. Las tropas hispano portuguesas salieron entonces en su persecuciĆ³n capturando numerosos prisioneros. Drake decide entonces retirarse tambiĆ©n. Y ahora veremos cĆ³mo un gran marinero, con un reducido nĆŗmero de pequeƱos barcos es capaz de realizar una gran proeza causando grandes pĆ©rdidas entre una gran flota de casi 200 unidades.

Este experto marinero fue don MartĆ­n de Padilla, que conocĆ­a a la perfecciĆ³n las carencias y virtudes de cada barco y el efecto que el oleaje y los vientos causaba en ellos. No en vano llevaba mĆ”s de 20 aƱos enfrentĆ”ndose con sus galeras contra los piratas turcos, argelinos e ingleses. Por eso se aventurĆ³, con solo siete galeras, en persecuciĆ³n de la gran flota inglesa. Las galeras son ligeras, pequeƱas y con pocos caƱones a bordo, por eso, la cosa parece mĆ”s de broma. Davis contra Goliat. Pero estas embarcaciones son tambiĆ©n muy maniobrables. Padilla, que tambiĆ©n era una gran conocedor del tiempo, se habĆ­a dado cuenta de que la flota inglesa no llegarĆ­a muy lejos, pues los vientos no les iban a ser favorables. Se mantuvo a una distancia prudente esperando con paciencia el momento oportuno. Padilla temĆ­a que Drake repitiera su ataque a CĆ”diz y de ahĆ­ su empeƱo en impedĆ­rselo. Sus predicciones fueron buenas y de pronto el viento dejĆ³ de soplar lo suficiente como para mover los barcos mĆ”s pesados y unos cuantos de ellos se quedaron descolgados del resto. Era el momento de atacar. Los espaƱoles caƱonearon los barcos ingleses ante la expectaciĆ³n de Drake y los demĆ”s, que nada podĆ­an hacer por volver atrĆ”s a ayudarles. Los ingleses fueron abordados y capturados. Cuando el viento volviĆ³ a soplar, Padilla incendiĆ³ los barcos capturados y se dio a la fuga. Los ingleses estaba totalmente desmoralizados y para colmo de males, las epidemias comenzaban a hacer efecto. A las siete galeras de Padilla se le unieron tres mĆ”s, pero prefiriĆ³ ser prudente y tomar rumbo a CĆ”diz, por temor a que Drake se dirigiera allĆ­.

Alonso de BazĆ”n serĆ­a ahora el encargado de continuar la persecuciĆ³n, consiguiendo capturar tres barcos mĆ”s. Drake estaba desesperado, ninguno de sus objetivos habĆ­a tenido Ć©xito hasta ahora y esperaba que el Ćŗltimo al menos lo conseguirĆ­a. Drake no iba a CĆ”diz, sino a las Azores. AllĆ­ tomarĆ­a posesiĆ³n de las islas, se reabastecerĆ­a de vĆ­veres y reorganizarĆ­a su flota para atacar los buque procedentes de AmĆ©rica. Si lo conseguĆ­a, al menos la reina estarĆ­a contenta al ver sus arcas llenas de nuevo. Pero allĆ­ tambiĆ©n les estaban esperando y el intento fue un rotundo fracaso donde murieron muchos hombres y los enfermos empeoraron. Drake tuvo que retirarse de allĆ­. Todo habĆ­a fracasado y en su huida, hasta las tormentas se pusieron en su contra. La tripulaciĆ³n tenĆ­a hambre, y en un intento desesperado pusieron rumbo a Madeira, donde por fin pudieron saquear una pequeƱa poblaciĆ³n y cargar algunos vĆ­veres, pero no los suficientes para el camino de vuelta. Tuvieron que intentarlo de nuevo en Vigo, pero allĆ­ corrieron la misma suerte que en la CoruƱa. Pero Drake no podĆ­a volver a Inglaterra con la manos vacĆ­as y decidiĆ³ actuar como mejor sabĆ­a, al estilo de los corsarios. EnviĆ³ de vuelta a Inglaterra a la mayorĆ­a de la flota con todos los enfermos y Ć©l se quedĆ³ con los 20 mejores bajeles y los hombres que aĆŗn estaban sanos. A su regreso, los ingleses se fueron dispersando debido al temporal y los espaƱoles todavĆ­a tuvieron la ocasiĆ³n de apresar algĆŗn barco mĆ”s.

Drake se dirigiĆ³ de nuevo a las Azores, nadie esperaba su regreso, por lo que, pensaba que tendrĆ­a Ć©xito esta vez. Su idea era capturar la flota de indias, es decir, los barcos repletos de riquezas que venĆ­an de AmĆ©rica. Pero las tormentas que una vez no quisieron que la Invencible EspaƱola no tuviera exito en su empresa, no quisieron esta vez favorecer a sus contrarios. Drake tuvo mĆ”s remedio que regresar a Inglaterra sin nada que ofrecer a la reina. LlegĆ³ desmoralizado, sin saber cĆ³mo explicar tan estrepitoso fracaso. Las cifras: solo sobrevivieron 5.000 de los 18.000 hombres que salieron en esta expediciĆ³n. 13.000 muertos entre los combates, naufragios y enfermedades. Un nĆŗmero indeterminado de embarcaciones perdidas y 160.000 libras que costĆ³ la operaciĆ³n y que su inversores reclamaban. Los sobrevivientes tambiĆ©n reclamaban su paga al llegar a puerto, por respuesta se les diĆ³ 5 chelines a cada uno. Una burla que provocĆ³ una rebeliĆ³n y que fue aplacada a fuerza de ahorcar a aquel que se atreviera a seguir reclamando.

Las consecuencias: A Drake no se le volvieron a encomendar misiones de importancia (de momento). La reina Isabel, amargada por haber sufrido tan severa derrota a manos de su mƔximo rival, Felipe, y por ver sus arcas no solo vacƭas, sino con una gran deuda que debƭa pagar a los inversores de aquella descabellada aventura.

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