Si algo positivo tuvo el matrimonio de Felipe II con MarĆa I de Inglaterra fue que los barcos espaƱoles procedentes de AmĆ©rica no eran atacados por los piratas de su “graciosa” majestad. Pero una vez que MarĆa pasĆ³ a mejor vida, Elizabeth o Isabel, a la que nada ataba con EspaƱa, llenĆ³ de nuevo el ocĆ©ano de corsarios, como el famoso Francis Drake.
Drake y su primo John Hawkins, piratas y traficantes de esclavos, estuvieron atacando los barcos espaƱoles, unas veces con mĆ”s Ć©xito que otras, hasta que un dĆa se vio obligado a resguardarse de una fuerte tormenta en un puerto mejicano. Los espaƱoles entonces le dieron tanto caƱonazo que se librĆ³ por los pelos de ser apresado. HipĆ³critamente, esto sentĆ³ muy mal a Isabel que se puso hecha una furia y enviĆ³ a Drake a vengarse atacando las costas espaƱolas y portuguesas, que por entonces tambiĆ©n pertenecĆan a EspaƱa. Varias ciudades fueron saqueadas y entonces Felipe comenzĆ³ a sentirse bastante molesto. Nada serio en todo caso, pues Felipe admiraba a Isabel y no querĆa ponerse a malas con ella. Y con estos tiras y aflojas pasaron diez aƱos. Hasta que un dĆa le llegaron a Felipe unos emisarios del Papa Pio V.
El Papa pedĆa a Felipe nada mĆ”s y nada menos que organizara un complot para asesinar a Isabel. Felipe no se sintiĆ³ precisamente entusiasmado con aquella peticiĆ³n y dio largas, como pudo, a los enviados del Papa. ¿Por quĆ© el Papa querĆa asesinar a Isabel? Muy sencillo, porque Isabel, desde que llegĆ³ al poder, y eso ya se sabĆa de antemano, se dedicĆ³ a impulsar el protestantismo en Inglaterra. O lo que es lo mismo, a seguir adelante con lo que comenzĆ³ su padre Enrique VIII y que fue interrumpido durante los aƱos que reinaron MarĆa y Felipe. Carlos I, que habĆa abdicado y habĆa dejado a Felipe a cargo de la totalidad del imperio, le aconsejĆ³ que le pidiera matrimonio a Isabel. Algunas fuentes cuentan que fue el mismo Felipe quien se lo pidiĆ³, otras que fue Carlos el que se puso en contacto con la reina. En uno u otro caso la respuesta fue una negativa. Algo de lo que no se sorprendiĆ³ Felipe, pues ya sabĆa que Isabel habĆa tomado la resoluciĆ³n de seguir soltera hasta su muerte. La idea de Carlos era que Isabel tuviera un marido catĆ³lico –quiĆ©n mejor que su hijo- que la llevara por el camino correcto. No imaginaba Carlos el carĆ”cter de aquella inglesita.
La cosa no mejorĆ³, sino que empeorĆ³ y el pirata Drake seguĆa haciendo de las suyas, molestando a los barcos de AmĆ©rica y haciendo alguna incursiĆ³n en las costas espaƱolas. Por otra parte, los PaĆses Bajos recibĆan dinero inglĆ©s para que se pusieran en pie de guerra contra el rey de EspaƱa. Esto hizo que Felipe perdiera la paciencia y, si no veĆa bien matar a Isabel, sĆ que no estarĆa de mĆ”s darle un escarmiento. Se puso en contacto con el Papa y le contĆ³ que enviarĆa gente a Inglaterra para poner en marcha una rebeliĆ³n entre los catĆ³licos para derrocar la monarquĆa protestante. Pero el plan no funcionĆ³. Los ingleses son orgullosos y tan suyos, que ni sintiĆ©ndose perseguidos por sus compatriotas protestantes aceptaron ningĆŗn plan proveniente de EspaƱa, por muy catĆ³licos que fueran unos y otros. Agua y aceite, ya se sabe.
El plan fracasado hizo que Isabel se pusiera histĆ©rica y mandara a Drake a hacer otra vez de las suyas. Y entonces, Felipe pensĆ³ en un plan de mucho mĆ”s peso, invadir Inglaterra. El Papa al enterarse se alegrĆ³ tanto que le prometiĆ³ a Felipe ayuda econĆ³mica para el proyecto. Eso sĆ, el dinero llegarĆa cuando los espaƱoles pusieran sus botas en tierra inglesa. Felipe se pone en contacto con el duque de Parma, Alejandro Farnesio, al mando de los PaĆses Bajos, y con el marquĆ©s de Santa Cruz, Ćlvaro de BazĆ”n, almirante de la flota de Lisboa. Les pide que organicen la invasiĆ³n. Ćlvaro de BazĆ”n propone construir una gran flota y Farnesio contribuirĆa con los tercios de Flandes en una operaciĆ³n relĆ”mpago sobre Londres. El rey aprueba la propuesta y manda inmediatamente la construcciĆ³n de la flota. Dinero no faltaba para tal fin.
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