La armada invencible 2. Amor a primera vista

Felipe II
Tiziano (1551)
«De rostro es bien parecido, con frente ancha y ojos grises, de nariz recta y talante varonil. Desde la frente al extremo de la barbilla, su cara se afina; su forma de caminar es digna de un prĆ­ncipe. Y su porte tan erguido que no desperdicia una pulgada de altura. Pelo y barba son rubios. En resoluciĆ³n, su cuerpo estĆ” perfectamente proporcionado, asĆ­ como los brazos, piernas y los demĆ”s miembros, de forma que la naturaleza no parece capaz de labrar modelo tan perfecto».
(Yo, Felipe II, Ricardo de la Cierva)
AsĆ­ le describĆ­a el espĆ­a que MarĆ­a habĆ­a enviado a Madrid, cĆ³mo era el prĆ­ncipe con el que iba a casarse. MĆ”s tarde le enviaron un retrato y segĆŗn ella mima confesarĆ­a a Felipe, fue lo que encendiĆ³ su amor y su deseo sobre todas las cosas. MarĆ­a Tudor era hija de Enrique VIII y de Catalina de AragĆ³n, hija de Isabel y Fernando. Por lo tanto, los reyes CatĆ³licos eran sus abuelos y llevaba sangre espaƱola. MarĆ­a era once aƱos mayor que Felipe. 38 aƱos tenĆ­a ella y 27 Ć©l, cuando se casaron. Tampoco era demasiado bien parecida. Sin embargo, segĆŗn cuenta Ricardo de la Cierva en su libro biogrĆ”fico de Felipe II, Ć©ste llegĆ³ a estar enamorado de ella:


MarĆ­a no era bella pero tampoco tan desagradable como me la habĆ­an pintado quienes pretendieron, en la Corte, deshacer la boda por motivos que no alcanzo a entender. Su amor por mĆ­ era tan desbordante que llegaba, en la soledad de nuestra alcoba, a parecerme atractiva. Usaba en el lecho, con espontaneidad con artes amatorias un tanto bĆ”rbaras que me sorprendieron agradablemente.”

Ella, por lo visto, se enamorĆ³ de Felipe a primera vista, sin embargo Ć©l (aunque luego no se arrepintiera) fue a casarse con ella resignado a que lo harĆ­a con alguien “desagradable” fĆ­sicamente, a pesar de las muchas trabas que le habĆ­an puesto y a un contrato donde las clĆ”usulas eran del todo abusivas:
  • Felipe tenĆ­a que respetar las leyes y los derechos y privilegios del pueblo inglĆ©s.
  • EspaƱa no podĆ­a pedir a Inglaterra ayuda bĆ©lica o econĆ³mica.
  • Si el matrimonio tenĆ­a un hijo, se convertirĆ­a en heredero de Inglaterra, los PaĆ­ses Bajos y BorgoƱa.
  • Si MarĆ­a muriese siendo el heredero menor de edad, la educaciĆ³n correrĆ­a a cargo de los ingleses.
  • Si Felipe morĆ­a, MarĆ­a recibirĆ­a una pensiĆ³n de 60.000 libras al aƱo.
  • Si fuera MarĆ­a la primera en morir, Felipe debĆ­a abandonar Inglaterra renunciando a todos sus derechos sobre el trono.
Ante este contrato basura, alguien podĆ­a pensar, quĆ© interĆ©s podĆ­a tener el rey Carlos en casar a su hijo con la inglesa. ¿Solo por impedir que los piratas ingleses no atacaran los barcos espaƱoles procedentes de AmĆ©rica? ¿Acaso EspaƱa no podĆ­a responder a esos piratas con su armada? Seguramente sĆ­, pero los planes de Carlos I son difĆ­cilmente entendibles si no hacemos un esfuerzo por situarnos en la Ć©poca que a aquellos reyes les tocĆ³ vivir. Porque, aunque muchos historiadores ven en aquella maniobra un intento de construir una superpotencia mundial, habĆ­a otra razĆ³n mucho mĆ”s poderosa, la Iglesia. La uniĆ³n con Gran BretaƱa no tenĆ­a mucho sentido si se trataba de agrandar el imperio. Una superpotencia para luchar... ¿contra quiĆ©n? Sin embargo, la superpotencia que Carlos I querĆ­a construir era la del catolicismo. Enrique VIII habĆ­a roto con Roma y en Gran BretaƱa se extendĆ­a cada vez mĆ”s el protestantismo. EspaƱa, como potencia mundial era presionada por el Papa para que no consintiera tales herejĆ­as. MarĆ­a era nieta de espaƱoles y llevaba el catolicismo en las venas. Casarla con un catĆ³lico era la jugada perfecta para que Inglaterra volviera al buen camino.

ParadĆ³jicamente, la desencadenante de esta corriente de protestantismo en Inglaterra fue la madre de MarĆ­a, Catalina de AragĆ³n. Hablemos un poco de Catalina, hija de Isabel y Fernando. Cuando tenĆ­a solo tres aƱos fue prometida a Arturo, prĆ­ncipe de Gales, con el que se casĆ³ a los 17 aƱos. Muy poco durĆ³ este matrimonio, pues a los cinco meses muriĆ³ Arturo. Ocho aƱos mĆ”s tarde se casa con Enrique VIII. Pero Enrique, pronto tuvo una amante, Ana Bolena, y quiso entonces deshacerse de Catalina, con la excusa de que no conseguĆ­a darle un hijo varĆ³n. Pero el Papa no podĆ­a darle la anulaciĆ³n matrimonial, asĆ­ que Enrique tomĆ³ una decisiĆ³n sin precedentes, hacerse cargo de la Iglesia de Inglaterra, donde no habĆ­a quien mandara mĆ”s que Ć©l y el Papa no pintaba nada. AsĆ­ fue como Ć©l mismo deshizo su matrimonio y cĆ³mo naciĆ³ la iglesia protestante de Inglaterra.

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