La Armada Invencible navegando frente a Cornualles Nicholas Hilliard |
Lo peor de este episodio no es que los britĆ”nicos falsearan los hechos, sino que aquĆ, en EspaƱa, se dieran y se dan aĆŗn hoy en dĆa por buenas las versiones de los que, ni ganaron aquella batalla, ni ganaron la guerra. Pero es que incluso, a pesar de que en la actualidad estĆ” saliendo a la luz con bastantes detalles lo que verdaderamente ocurriĆ³, se sigue pensando que aquello fue un verdadero desastre, cuando en realidad fue un mero “percance;” o se sigue diciendo que a partir de aquello la armada espaƱola perdiĆ³ todo su poderĆo o que el Imperio EspaƱol comenzĆ³ su declive. Lo de percance se ha entrecomillado por una razĆ³n: en una guerra de aquellas dimensiones y en aquella Ć©poca, perder una mĆnima parte de la flota o una tercera parte de los hombres no suponĆa ningĆŗn desastre, aunque el numero de barcos hundidos fueran 30 y el nĆŗmero de hombres fallecidos fueran 10.000. Sin embargo, los barcos no eran baratos y 10.000 muertos son demasiados en aquella Ć©poca y en todas. Lo que ocurre en esta ocasiĆ³n es que, si con el mismo numero de bajas y barcos perdidos EspaƱa hubiera obtenido una victoria, la perspectiva de este hecho histĆ³rico serĆa muy diferente.
Armada Invencible es el nombre dado por los ingleses a la flota espaƱola. Esto no debe confundirnos, pues no se debe a la admiraciĆ³n que tenĆan sobre nuestra armada; todo lo contrario, se trata de un mote en plan coƱa o recochineo, pues segĆŗn ellos vencieron a la “invencible.” Y hoy dĆa, al menos, ya van reconociendo que no vencieron a la Grande y FelicĆsima Armada, que era como verdaderamente se llamaba, y que fue un combate que quedĆ³ en tablas; realmente, ni siquiera hubo un verdadero combate. Los documentos y pruebas asĆ lo demuestran y no se puede seguir mintiendo ni distorsionando lo evidente. Pero, ¿quĆ© fue lo que realmente ocurriĆ³? Primero habrĆa que situarse en el tiempo y saber quĆ© ocurrĆa en el mundo y por quĆ© EspaƱa quiso invadir Inglaterra.
EspaƱa era un gran imperio que abarcaba desde America hasta Filipinas. El imperio donde nunca se pone el sol. Los reyes CatĆ³licos recogieron los frutos de la mejor polĆtica llevada a cabo en la penĆnsula IbĆ©rica hasta la fecha, y despuĆ©s de financiar la expediciĆ³n mĆ”s grande de la historia, el oro llegado del nuevo mundo inundaba las arcas espaƱolas. Sus sucesores heredarĆan el imperio mĆ”s grande del mundo. Inglaterra no solo sentĆa celos, sino miedo, del poderĆo espaƱol. Porque este imperio ya se situaba frente a sus costas desde el momento en que las tierras de lo que hoy son los PaĆses Bajos, BĆ©lgica y parte de Francia pasaron a formar parte de EspaƱa, herencia que nos llegĆ³ por parte de la casa de los Austrias, ya que en aquella Ć©poca se heredaba un paĆs de la misma forma que hoy se hereda una parcela.
Inglaterra entonces comenzĆ³ una campaƱa de acoso y derribo lanzando, por una parte, corsarios que abordaban y robaban el oro que transportaban los barcos espaƱoles desde AmĆ©rica; y por otra, financiando y enviando a los PaĆses Bajos conspiradores para que estas provincias se rebelaran contra EspaƱa y declararan su independencia. Carlos I decidiĆ³ entonces poner en prĆ”ctica algo muy habitual, casar a su vĆ”stago con una inglesa para estrechar lazos y limar asperezas. Como su hijo Felipe solo era un prĆncipe, Carlos decidiĆ³ renunciar al reino de NĆ”poles para entregĆ”rselo y convertirlo en rey, ya que su esposa iba a ser nada mĆ”s y nada menos que MarĆa I, reina de Inglaterra e Irlanda. Pero unir a ingleses y espaƱoles era como mezclar agua con aceite y hasta la propia naturaleza se revelĆ³ contra aquel matrimonio negĆ”ndole los hijos.
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